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Kepler-22b

Telescopio Espacial Kepler

Kepler es el nombre de un telescopio artificial que órbita alrededor del sol buscando planetas extrasolares, especialmente aquellos de tamaño similar a la Tierra, llevando a cabo lo que se conoce como misión Kepler. Fue lanzado por la NASA desde Cabo Cañaveral en la madrugada del 6 de marzo de 2009, en un cohete modelo Delta II.


Foto del telescopio espacial siendo enviado al espacio


El nombre de este satélite es un epónimo en dedicatoria al astrónomo y matemático Johannes Kepler (1571-1630), descubridor de las tres leyes de Kepler que describen las características de las órbitas planetarias. Los descubrimientos de Kepler sólo pudieron ser posibles gracias a la exhaustiva labor de recopilación de datos de Tycho Brahe (1546-1601), labor que pretende emular de forma automática el satélite.




Johannes Kepler astrónomo, del cual se deriva el nombre del satélite



Kepler es parte del programa Discovery de la NASA; un programa de un costo relativamente bajo, enfocado en misiones científicas específicas. La construcción del telescopio y su puesta en marcha fue gestionada por el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, siendo Ball Aerospace responsable del desarrollo del sistema de vuelo, y el Centro de Investigación Ames el responsable tanto del desarrollo del sistema de tierra, como de las operaciones desde diciembre de 2009 y del análisis de los datos científicos.



Jet Propulsion Laboratory de la NASA




Ball Aerospace


Centro de Investigación Ames

La duración prevista fue de 3,5 años. Se esperaba que a la finalización de su misión, inicialmente a finales de 2012 y ampliada posteriormente a 2016, este satélite permitiese descubrir varios planetas de tamaño similar a la Tierra, orbitando su estrella a una distancia comparable a la de nuestro planeta. Antes de esta fecha, la sonda podría no obstante identificar planetas más grandes o que orbitasen más cerca de su estrella. Sin embargo la existencia de más ruido del esperado hizo necesario más tiempo para cumplir todos los objetivos de la misión. Por ello en 2012 la misión se prolongó hasta el 30 de septiembre de 2016. Desgraciadamente la sonda se estropeó al año siguiente. Para el buen funcionamiento del equipo es necesario que al menos tres de los cuatro giróscopos utilizados para orientar la nave se mantengan en buen estado, sin embargo el 15 de mayo del 2013 falló el segundo de ellos. Durante los meses siguientes se intentó recuperar al menos uno de los dos giróscopos dañados, pero finalmente el 15 de agosto la NASA informó de que cesaban los esfuerzos de reparación y que se estaban considerando nuevas misiones posibles en las condiciones actuales del telescopio.


Mientras estuvo operativa, la sonda Kepler encontró un total de 2740 candidatos a exoplanetas, y se han confirmado 114 planetas en 69 sistemas estelares. En enero de 2013, los astrónomos del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica (CfA) utilizaron datos de Kepler para estimar que "por lo menos 17 mil millones" de exoplanetas del tamaño de la Tierra residen en la Vía Láctea.




Misión del telescopio espacial Kepler


Según la NASA, "La misión Kepler es la primera en el mundo con la capacidad de detectar realmente planetas análogos a la Tierra orbitando estrellas similares a nuestro sol en una zona habitable".


El objetivo de la sonda es observar simultáneamente unas 150 000 estrellas, y analizar su brillo cada 30 minutos para detectar posibles tránsitos de planetas. Para ello utilizará un sensible fotómetro tipo Schmidt de 0.95 m de apertura y un espejo primario de 1,4 metros. Su cámara CCD ofrece una resolución de 95 millones de píxeles; la más potente lanzada al espacio hasta la fecha.



Mediante esta nave se espera ampliar notablemente el número de planetas extrasolares descubiertos (que a la fecha del lanzamiento era de 337), de tal manera que al término de la misión, se pueda disponer de una estimación más fiable sobre el número de planetas existentes de la galaxia. Este dato es crucial para responder a la pregunta de si estamos solos en el universo.


Telescopio espacial Kepler.

Kepler el nuevo Planeta


Kepler-22b es el primer exoplaneta (planeta extrasolar) encontrado en la denominada zona habitable (la región alrededor de una estrella en la que un planeta podría tener agua).planeta extrasolar descubierto hace un par de años en la constelación del Cisne y desde que se tuvo conocimiento de su existencia llamó la atención por la similitud de condiciones que guarda con la Tierra.




Constelación cisne 


Por esa razón, hipotéticamente podrían darse en él las condiciones necesarias para albergar vida, tales como la propia existencia de agua y una temperatura y atmósfera adecuadas. Fue descubierto por el telescopio espacial Kepler. El planeta se encuentra a seiscientos años luz de distancia de la Tierra, tiene 2,4 veces su radio y órbita su estrella (Kepler-22) en 290 días. su tamaño es más o menos el doble de nuestro planeta y tiene una temperatura promedio de 22° centígrados, asimismo posee una atmósfera que podría permitir el surgimiento de la vida y forma parte de un sistema que órbita en torno a una estrella similar a nuestro Sol. Ahora astrónomos de la Carnegie Institution for Science, con sede en Washington, aseguran que a estas condiciones favorables para la vida podría sumarse la existencia de continentes y océanos como los de la Tierra, suponiendo además que donde hay agua en estado líquido es probable que haya también vida.





Descubrimiento

El descubrimiento fue anunciado el día 5 de diciembre de 2011 por el joven astrónomo venezolano Nelson Rivero. El planeta fue originalmente descubierto en el tercer día de las operaciones científicas de Kepler, a mediados de 2010. El tercer tránsito fue detectado a finales de 2010. La información adicional fue proporcionada por el telescopio espacial Spitzer y observaciones terrestres.



“Este descubrimiento apoya la creciente creencia de que vivimos en un universo colmado de vida”, dijo al respecto Alan Boss, quien ayudó a interpretar la información sobre el planeta obtenida con el telescopio espacial Kepler. En este sentido los científicos creen no solo que Kepler 22b podría ser habitable, sino que posiblemente ya haya formas de vida al abrigo de su atmósfera y el resto de las condiciones favorables enumeradas. Desafortunadamente hay un obstáculo que impide por el momento comprobar estas suposiciones, la nimiedad de que Kepler 22b se encuentra a 600 años luz de la Tierra.



Alan Boss

Composición

Por el momento, se desconoce la composición de su masa y superficie. Si su densidad fuera parecida a la de la Tierra (5515 g/cm3) su masa equivaldría a la de 13,8 Tierras, mientras que la gravedad de la superficie sería 2,4 veces mayor que la de nuestro planeta.Si el planeta Kepler-22b tuviera la densidad del agua (1 g/cm3) entonces su masa sería 2,5 veces la de la tierra y su gravedad sería de 0,43 veces la nuestra.El planeta podría entrar a la categoría de los planetas conocidos como supertierras dependiendo de cual sea finalmente su masa.





Posibilidad de Vida



La distancia de Kepler-22b a su estrella madre es un 15% menor que la distancia de la tierra al del Sol, pero la luminosidad (emisión de luz) de la estrella de Kepler-22b es un 25% menor que la del Sol. La combinación de una distancia menor a la estrella y una menor intensidad de los rayos emitidos por ésta hace suponer que, si el planeta no tiene atmósfera (caso improbable), la temperatura de su superficie será de unos -11 °C, mientras que si dispone de una atmósfera similar a la terrestre, la temperatura media del planeta estaría en unos 27 °C. Si la atmósfera causa un efecto invernadero similar en magnitud a la de la Tierra, el planeta tendría una temperatura de superficie de 22 ° C. El nuevo planeta tiene alrededor de 2,4 veces el radio de la tierra, pero los científicos aún desconocen la composición del planeta.



El equipo del Kepler está esperanzado, pues la masa del Kepler-22b puede ser calculada con la ayuda de un nuevo instrumento localizado en las islas Canarias (España), y que comenzará a utilizarse la próxima primavera.









Con dos veces el tamaño de la Tierra, Kepler 22b es considerablemente más grande que ella, y quizás tenga una composición diferente. Por ejemplo, el nuevo planeta quizás no sea una supertierra, sino que se parecería a Neptuno, que es principalmente un océano con una pequeña roca nuclear. Sin embargo, Natalie Batalha, una de las científicas en el proyecto, especuló: «Esto no va más allá de la posibilidad de que la vida pudiera existir en un (planeta) océano».



Existe la posibilidad de que Kepler-22b se parezca mas a Neptuno que a la tierra.



Natalie Batalha, una de las científicas en el proyecto
«Esto no va más allá de la posibilidad de que la vida pudiera existir en un (planeta) océano».



No suele ser un dato muy conocido, pero el caso es que la Tierra se encuentra casi justo en el límite interno de la zona habitable del Sistema Solar, de ahí que los científicos den especial importancia a los exoplanetas situados en la zona interior de la zona habitable. 


De hecho, solo dos planetas conocidos se ciñen a esta descripción: el Gliese 581d y el HD 85512, y ambos orbitan en los límites habitables de sus estrellas, lo que hace que se parezcan más a Venus o Marte que a la Tierra.



Con dicha información, los científicos calculan la masa, entonces la densidad, y luego si es de estado líquido o sólido.

Estamos muy cerca de poder decir que es realmente similar a la tierra, y el progreso será excitante de ver” (Batalha).


Observaciones del Planeta

El Allen Telescope Array (ATA), la red de telescopios del famoso instituto SETI en California para la búsqueda de señales de inteligencia extraterrestre, ha reactivado sus sistemas después de varios meses de parón con un nuevo objetivo hacia el que apuntar sus antenas. Se trata de los candidatos a exoplanetas recientemente descubiertos por el telescopio espacial Kepler de la NASA, entre los que se encuentra el ya famoso Kepler-22b.



Allen Telescope Array (ATA).


Este mundo parece cumplir las condiciones para poder tener agua en estado líquido en su superficie y supone una esperanza en la búsqueda de compañía en el Universo.



«Esta es una excelente oportunidad para las observaciones», afirma en un comunicado Jill Tarter, directora del Centro para la Investigación del instituto SETI. «Por primera vez, podemos apuntar nuestros telescopios a las estrellas y saber que esas estrellas son realmente anfitrionas de sistemas planetarios, incluyendo al menos uno que se parece a la Tierra, situado en la zona habitable alrededor de su estrella. Ese es el tipo de mundo que podría ser el hogar de una civilización capaz de construir transmisores de radio».



Jill Tarter
directora del Centro para la Investigación del instituto SETI.



La red ATA dejó de funcionar el pasado mes de abril como resultado de la retirada del apoyo al SETI de la Universidad de California, Berkeley, debido a déficit presupuestarios. Pero gracias a nuevos fondos recientemente adquiridos, el observatorio ha comenzado de nuevo a trabajar. Su objetivo ahora es examinar los miles de candidatos a planetas recién descubiertos por Kepler. Dará mayor prioridad a un puñado de mundos descubiertos hasta ahora que se encuentran en la zona habitable de su estrella, donde las temperaturas no son ni demasiado calientes ni demasiado frías para que exista agua líquida. La mayoría de los astrobiólogos consideran que el agua líquida es la principal fuente de vida.

Dos años de Observaciones

Según Tarter, la intención de SETI es examinar todos los sistemas planetarios encontrados por Kepler, sin ideas preconcebidas. Las observaciones en los próximos dos años permitirán una exploración sistemática de estos descubrimientos de Kepler en toda la ventana de microondas terrestres de 1 a 10 GHz. Lógicamente, Kepler-22b resulta fascinante. Es el primero en el que se ha completado el estudio para ratificar su clasificación como planeta en una zona habitable. «Un gran hito en la búsqueda del planeta gemelo a la Tierra», reconocían hace unos días desde el programa Kepler.



«El éxito de Kepler ha creado una increíble oportunidad para concentrar la investigación del SETI», señala Tarter. «Vale la pena el trabajo duro para ayudar a resolver una de las preguntas de investigación más profundas de la humanidad», añade Tom Pierson, director ejecutivo del Instituto SETI.



Tom Pierson.
director ejecutivo del Instituto SETI.


Vídeos
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Kepler ha sido un gran hallazgo para la humanidad.













































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